Alberto Redondo, Personaje del Año 2025 en la Literatura: la poesía con acento tomasinoJorge Muriel (Tito York)

En Santo Tomás la palabra siempre ha tenido casa. Aquí no se escribe para figurar, se escribe para quedarse. Para que algo no se pierda. Para que la memoria tenga dónde sentarse a conversar. Por eso, cuando hablamos de cultura, hay muchas cosas que nos representan, pero si hay un orgullo que atraviesa generaciones es la vocación literaria de este pueblo. Una vocación silenciosa, persistente, que no hace ruido, pero que nunca ha dejado de latir.

Santo Tomás ha dado escritores que han sabido llevar su nombre más allá de nuestras fronteras nacionales. Ahí está Ramón Molinares, precursor, referente, uno de esos nombres que demostraron que desde aquí también se podía escribir con altura y con oficio. También Aurelio Pizarro, cuya obra ha circulado fuera del país confirmando que la literatura no tiene acento geográfico cuando nace de la verdad. Y, más recientemente, Iván Fontalvo, quien con su premio internacional volvió a poner a Santo Tomás en el radar de las grandes conversaciones literarias.

Este año, a esa lista que tanto nos honra, se suma un nombre que muchos conocemos de cerca: Alberto Redondo Salas. Y no lo hace por casualidad ni por una moda pasajera, sino por un trabajo constante, serio y profundamente honesto con la palabra. Alberto fue seleccionado para integrar una antología iberoamericana de poesía, compartiendo páginas con autores de varios países, luego de competir con cientos de voces. Dos de sus poemas cruzaron fronteras y llevarán el nombre de Santo Tomás a lectores que quizá nunca han pisado este suelo, pero que sentirán algo de él en cada verso.

Alberto no es un escritor que apareció de la noche a la mañana. Detrás de este reconocimiento hay libros publicados, horas de escritura silenciosa, lecturas, correcciones, dudas, insistencia. Hay una obra que habla de amor, de desamor, del mar, de la memoria, de lo humano sin poses. Una poesía que no grita, pero que se queda. Una poesía que se nota trabajada, sentida, vivida.

Por todo esto, y lo digo desde el afecto y el orgullo, postulo a Alberto Redondo Salas como Personaje del Año en el ámbito literario tomasino. No solo por el reconocimiento internacional que recibió en este 2025, sino por lo que representa: la certeza de que desde Santo Tomás se puede escribir con rigor, con belleza y con alcance; que la disciplina también es una forma de amor por la palabra; que no hay contradicción entre la vida profesional exigente y la sensibilidad artística profunda.

Alberto encarna algo que este pueblo entiende bien: trabajar duro y no renunciar a lo que nos hace humanos. Ser ingeniero y poeta. Gestionar y soñar. Pensar el futuro sin olvidar el alma. Su logro no es solo suyo; es una buena noticia para todos los que creemos que la cultura sigue siendo un camino digno.

Este año también merece un especial reconocimiento el escritor Blas José Mejía Marenco, quien llevó el nombre de Santo Tomás hasta Cuenca, Ecuador, con el lanzamiento de su libro La lectura mágica de Coni y su amigo Sócrates, obra ganadora del I Concurso Nacional de Literatura UDA y las Letras “Jorge Dávila Vázquez”. Un logro que reafirma la vigencia y calidad de las letras del municipio.

Santo Tomás es tierra de historias. Hoy, esas historias nos llenan de alegría. Porque cuando un escritor nuestro cruza fronteras, no lo hace solo. Va con él el pueblo entero, caminando entre líneas, diciendo en voz baja, pero firme, que aquí también se escribe, aquí también se sueña, aquí también se crea.