5 diciembre, 2025

Con la vara que mides, serás medido

Por Javier Ballesteros

En política, los bumeranes no fallan: siempre regresan, y a veces con más fuerza. Esta vez el que sintió el golpe fue el expresidente del Senado y eterno aspirante a todo, Efraín “Fincho” Cepeda, quien recibió de su propio partido una cucharada del mismo jarabe que tantas veces ha recetado.

La senadora Nadia Blel, presidenta del Partido Conservador, salió al paso de las insinuaciones de “presiones externas” en el proceso de selección presidencial, lanzando una carta que, sin mencionarlo mucho, lo dejó claro: el partido no actúa bajo presiones de “ninguna naturaleza” ni responde a “cálculos políticos externos ni internos”. Traducción libre: no todo gira alrededor de Fincho.

Y es que el viejo zorro de la política barranquillera parece haber olvidado una máxima elemental: con la vara que mides, serás medido. Porque si alguien sabe de jugadas internas, es él. No hay que ir muy lejos para recordar cómo dejó viendo un chispero a Federico Ucrós, a quien “abrió como la yuca” cuando llevaba avanzada su aspiración a la Cámara de Representantes, todo para imponer a su ficha, Juan Camilo Fuentes. En ese momento, Fincho sonreía y hablaba de “unidad partidista”.

Pero el reloj político da vueltas, y ahora el partido decidió que el candidato presidencial será Pipe Córdoba, mientras el veterano Cepeda quedó como el frasco del veneno: arrumado en el rincón y con la tapa bien puesta.

Ironías de la vida conservadora: quien un día se creyó el dueño del directorio, hoy recibe comunicados formales para recordarle que el poder, como el yoyo, sube y baja… y a veces se enreda en la cuerda.

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