Después de dos años, vuelven los penitentes a Santo Tomás

Más de 30 flagelantes cumplirán su “manda” de penitencia este Viernes Santos en Santo Tomás, después de dos años de suspenderse esta actividad religiosa por la pandemia del Covid-19.
El número más numeroso de flagelantes serán de Santo Tomás, donde han confirmado 12 personas que desfilarán por la calle de la Ciénaga o de la “amargura”, después de salir del sector del “caño de las palomas”, en un recorrido de casi dos kilómetros. Están inscritos: Jorge Ariza, Tomás José Domínguez Morales y Luciano Ávila Dávila, más conocido como “Lucho Chatarra”.
En lo que tiene que ver a lo religioso, el reverendo padre Adalberto Reales manifestó que se harán todos los ritos religiosos. Este lunes, martes y miércoles habrá procesiones y eucaristía y el Jueves Santos, la misa de la Cena del Señor y el Viernes Santos, el Sermón de la Siete Palabras y en el mediodía el Viacrucis en vivo en la Plaza Principal y luego la resurrección del Nazareno.

Medidas de bioseguridad
Para el desfile de los penitentes se tomarán todas las medidas de bioseguridad, según lo manifestado por el alcalde Tomás José Guardiola Sarmiento, como es el uso del tapabocas.
Es de anotar que Santo Tomás es uno de los municipios que ya cumplió con el esquema de vacunación y ahora está en el 76% de personas que han recibido el biológico. Hace 8 días no se presentan casos positivos en el municipio y mucho menos personas fallecidas.

Historia
Los flagelantes de Santo Tomás de Villanueva, en el departamento del Atlántico, es una de las tradiciones religiosas de la Edad Media que todavía se mantienen en muchas poblaciones. En Santo Tomás se manifiesta y con mucha fuerza y seguidores, los llamados flagelantes o penitentes.
Así lo explica el escritor, historiador tomasino, educador Pedro Badillo Noriega, en un ensayo que acaba de escribir.
Sostiene que Santo Tomás, tiene en la actualidad 32 mil habitantes, cuenta con todos los servicios públicos, gas natural, telefonía fija y móvil, buen servicio de energía, agua las 24 horas del día, centros comerciales y muchos almacenes. De la misma manera tiene un alto número de profesionales en todos los campos del saber y más que todo de otros municipios del Atlántico.
Tiene muy pocos campesinos y los que tiene se dedican a la actividad agrícola y es el primer productor de limón, con sus calles sembradas de árboles frutales como el mango y por eso se ganó el premio de la Gobernación como el pulmón verde del departamento.
Su población práctica la religión católica, en la actualidad cuenta con 4 templos, pero también existen otras religiones, generalmente cristianas no católicas. Fue el municipio donde se fundó la primera Casa de la Cultura, sirviendo de modelo para otros municipios y es sede del Reinado Intermunicipal del Carnaval, el segundo en importancia después del de Barranquilla.
Desfile de flagelantes

Todos los Viernes Santos desde las 9 de la mañana hasta las 2 de la tarde, con una temperatura que llega a los 40 grados, seguidos por centenares de personas salen desfilando los penitentes con un tiempo de 5 minutos, uno del otro del Caño de las Palomas y terminan en la Cruz Vieja, calle de la Ciénaga.
El imaginario popular establece que el primer flagelante que se recuerde fue el señor Tomás Berrío en el año de 1.850 y un compañero suyo llamado Tomás Manotas, ambos vivían en la calle de la Ciénaga, cerca a la ermita, la Cruz Vieja, hoy entre las carreras 9 y 11 y lo hacían hombres pero en 1.980 sale la primera mujer, Angelita Conrado.
El entredicho
Hasta el año de 1.965 los penitentes eran bien vistos y aceptados por la sociedad y por la iglesia católica, tanto es así que el Jueves Santos los sacerdotes los confesaban y el Viernes Santos cuando terminaban su manda acudían a la iglesia para darle gracias a Dios.
El rechazo hacía esta manda surge cuando en el Concilio Vaticano II (1.962-1965) desaprueba este tipo de práctica religiosa, porque la iglesia las considera salidas de tono, teniendo en cuenta las reformas aprobadas en dicho concilio.
En 1.967 la orden de la Diócesis de Barranquilla fue la prohibición inmediata de aceptar la práctica de los flagelantes.
Sin embargo, en 1.968 desfilaron únicamente 7 penitentes pero el Vaticano decidió declarar en entredicho, el 15 de abril, Viernes Santos, donde se prohibían todo acto religioso en el municipio y estos debido porque algunos jóvenes rebeldes sacaron la procesión en horas de la noche con varias imágenes.
Sin embargo, por petición de las congregaciones asentadas en el municipio consiguieron que el Arzobispo de la época Germán Villa Gaviria hiciera la petición ante el Vaticano y el primero de mayo de ese mismo año se reanudaron todos los actos litúrgicos en la parroquia.
