6 diciembre, 2025

Luis Fontalvo Caballero: El arte de enseñar con el alma

Por: Tatiana Guardiola Sarmiento

Al llegar el momento de la despedida laboral del Licenciado Luis Fontalvo Caballero, tras 49 años de entrega a la Institución Educativa Oriental de Santo Tomás, no fue necesario consultar muchas fuentes para confirmar lo que percibíamos mis compañeros y yo: compartimos el camino con un ser humano luminoso, dueño de una nobleza, honestidad y compromiso misional profundos. Su ecuanimidad y serenidad no fueron gestos ocasionales, sino convicciones cotidianas de aquel caballero de humor cálido que, en la entrada diaria, y sala de profesores, siempre tenía una anécdota, para hacer más grato el instante.

Bajo la dirección de rectores como los licenciados Jesús Charris y Rafael Manga, el profesor Luis, supo dejar huella generacional, convirtiéndose en un modelo de maestro y un eslabón invaluable en la historia académica orientalista, transformando la enseñanza de las matemáticas y la física en un arte, y el aula, en un espacio de formación integral, no solo pedagógica, sino de valores humanos.

Alto y enjuto, caminaba por los pasillos con paso solemne y mirada de quien ha visto demasiado y aun no lo ha dicho todo. Su vestuario formal trazado con perfecto planchado, su puntualidad rigurosa, sus instrucciones y consejos traían el peso exacto de la templanza y la justeza; asimismo sus estudiantes sentían que enseñaba con mística, exigencia y entrega, sin esperar más recompensa que el crecimiento de cada uno de ellos.El profesor Luis con su accionar nos recuerda, que ser maestro es también una postura ética, una forma de trascender en este mundo pasajero y material.He tenido la fortuna de compartir en las aulas con otros grandes pedagogos en retiro, como Cesar Campo, Porfirio Barraza (q.e.p.d.) y el también docente orientalista Edgar de Moya, y puedo afirmar sin reservas que Luis Fontalvo es parte de ese linaje de maestros fuera de serie.

Su legado no se mide en títulos ni cargos, sino en la huella atemporal y profunda que deja en quienes aprendimos a vivir mejor gracias a su ejemplo.Como diría el escritor y pedagogo Paulo Freire:”El maestro que realmente enseña, no lo hace desde la distancia, sino desde la entrega. Enseñar exige coraje, generosidad y, sobre todo, amor.”Puedo dar fe, tras solo cinco años de trabajar con este admirable colega, que nuestro maestro tomasino, sin alardes, hizo de su vida parte de la enseñanza, y de la enseñanza, el sentido de su vida.

Gracias, Maestro Luis, por tanto amor.

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