13 diciembre, 2025

Ocho años sin luz: la penumbra que no apaga la historia del Colegio Oriental

Por: Antonio José Marín Cabarcas, Directivo CUT – Atlántico Y Coordinador Educativo

El emblema educativo de Santo Tomás cumple 67 años resistiendo en la oscuridad, víctima del olvido institucional.


En Santo Tomás, corazón de la región oriental del Atlántico, se levanta un colegio que no solo ha sido un espacio de formación académica, sino una auténtica cuna del conocimiento y la transformación social: el Colegio Oriental. Fundado el 11 de diciembre de 1958, mediante la Ordenanza N. 72 se prepara para cumplir 67 años de historia, cargando sobre sus hombros no solo el orgullo de miles de egresados exitosos, sino también el peso de ocho años sin servicio eléctrico.

Sí, ocho años. Ocho años sin luz en una gran parte de sus aulas, sin ventiladores en los salones, sin laboratorios funcionando, sin computadoras encendidas. Ocho años en los que el tiempo parece haberse detenido para una institución que, paradójicamente, representa el avance, el pensamiento, la esperanza.

¿Qué sociedad permite que un colegio con más de medio siglo de existencia, reconocido por su legado y su excelencia, sea relegado al abandono más básico? ¿Dónde están las prioridades cuando una institución educativa, emblemática del Atlántico, tiene que sobrevivir en condiciones del todo inaceptables?

Mientras se habla de modernización educativa y conectividad, el Colegio Oriental enseña en la penumbra. Pero lo hace con fuerza. Porque ni la oscuridad ni el silencio de las autoridades han logrado apagar el compromiso de sus docentes, ni la voluntad de sus estudiantes, ni el arraigo de una comunidad que resiste con dignidad.

Pero ya no basta con resistir. Es hora de exigir respuestas concretas y responsabilidad institucional. Y esas respuestas deben venir, de forma directa y sin más evasivas, del secretario de Educación del Atlántico y del señor gobernador del departamento. Son ellos, como máximas autoridades del sector educativo y del gobierno departamental, quienes tienen la obligación legal, ética y política de garantizar condiciones dignas para la enseñanza.

No se trata solo de energía eléctrica. Se trata de respeto por la educación pública. Se trata de memoria, de historia, de justicia social. Porque un colegio como el Oriental no puede seguir esperando mientras los discursos se repiten y las soluciones no llegan.

Hoy, con 67 años de vida, el Colegio Oriental merece algo más que buenas intenciones: Merece acciones, Merece inversión, Merece voluntad política, pero, sobre todo, merece luz.

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