Jesús de Nazaret, el político rebelde y la política actual

Cuando vivía en Roma, recuerdo que en la Semana Santa de 1.983, el Jueves Santo caminando por la exclusiva y suntuosa Vía Véneto, en uno de esos puestos de venta de libros, revistas y periódicos que hay sobre ella, me detuve y me llamo poderosamente la atención la caratula de uno de esos libros en el que leí “ Non sono venuto a portare la pace, ma una spada”; en español “ No he venido a traer la paz sino una espada” lo cual me sorprendió pues como Latinoamericano, colonizado ideológicamente, me habían enseñado que Cristo era una mansa paloma, en términos coloquiales “ una hueva” que nos enseñaba a ser pacíficos y conformistas al punto que si te bofeteaban no solo no debías responder a la ofensa del agresor que te humilla, de igual forma, sino poner la otra mejilla, para que él se saciara. Pues lo importante siempre era mantener la PAZ, a costa de lo que sea. Desee comprar el libro inmediatamente. Mire el precio del libro 70 dólares o sean unos $ 250.000 actuales, inalcanzable para mi presupuesto de estudiante, mantenido por mi padre, en esa época, llame a mi Banco a ver si me proporcionaba los recursos y me autorizaba esa compra y como siempre, mi querido padre, quien nunca me negó un solo peso que le pedí para mi enriquecimiento cultural, me autorizó adquirirlo; ya el libro en mis manos “Gesú E Gli Zeloti” en español; “ Jesús y los Zelotes “ escrito por el sacerdote teólogo Samuel Brandon, en el cual describe todo el carácter político del mesianismo de Jesús y rexamina a través de un maravilloso análisis de los evangelios, toda su historia política, el libro está dirigido a descubrir que ha sido deformado, o callado con el objetivo de acreditar la figura de “ Cristo Pacífico”. Empiezo a leerlo con avidez y descubro que Cristo no era ningún pacifista-conformista, sino un rebelde contra la dominación que ejercía el Imperio Romano, frente a el pueblo judío en ese entonces y mucho menos que era apolítico, todo lo contrario era un partícipe activo, al punto que tomó partido por la causa hebrea, y dentro de los apóstoles, que el selectivamente escogió, estaban dos Zelotes Judas Iscariote y Simón el Zelote, – de quien los curas y pastores, hablan muy poco, o mejor dicho nada- que era el grupo político que le hacía oposición armada al imperio Romano, en el libro leí que los Zelotes aparecieron en el siglo I, pocos años antes de nacer Jesús, los había congregado Judas el Galileo; eran de una ideología extremistas y radicales, llamados los sicarios por el puñal que utilizaban: el sica; acusaban a los fariseos y saduceos de entreguistas hacia los romanos y los detestaban también por cuestiones de origen social, sus integrantes eran gente del pueblo y no creían que Dios les había impuesto un poder político extranjero, menos de gentes que no compartían sus creencias religiosas. Y mucho menos que debían pagar impuestos a los Romanos. Hay que dejar en claro que los tiempos de Jesús de Nazaret religión y política eran lo mismo.
Los Apóstoles de Jesús de Nazaret, no andaban con una camándula, pidiéndole a Dios que los protegiera, sino que caminaban armados, portando espadas y las usaban si era necesario, como cuando arrestaron a Jesús que uno de ello se opuso, en el evangelio de Juan 18:10 leemos: “Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. El siervo se llamaba Malco.”
Por otra parte, en Israel, al igual que en las demás civilizaciones de su época, existía un culto oficial, el cual estaba dirigido por los Fariseos, observantes de la Ley muy estrictos y muy puntuales en cuanto a los ritos ceremoniales, por esto se consideraban los verdaderos y únicos maestros de la Ley, pertenecían a la clase media y poseían riquezas y propiedades, pero no eran la elite social de Israel. También estaban los Saduceos, conformados por la aristocracia, eran colaboracionistas del poder militar y político extranjero, eso les permitía que los cargos más importantes fuesen a parar sus manos. El cargo de Sumo Sacerdote estaba bajo su control.
De los Esenios según cuenta Claudio Josefo en ‘La Guerra de los Judíos’, se puede decir que eran una comunidad de filósofos amantes de la justicia y respetuosos de las autoridades, porque consideraban que todo poder político provenía de Dios. Eran célibes, misericordiosos y justos, creían en la inmortalidad del alma y un mundo mejor, algo que tenía en común con la filosofía griega. Tenían además, bienes en común, algo que era admirable y que sólo volverá a practicarse en la Iglesia Cristiana Primitiva; despreciaban las riquezas personales, su voto era de pobreza y no exigían a nadie nada y no juzgaban a nadie; ayudaban tanto a extranjeros como a compatriotas, además de viudas y huérfanos; algo muy interesante según Josefo, no llevaban nada encima cuando iban de viaje, sólo una espada, cabe destacar que hay muchos paralelismo entre las prácticas de Jesús y los Esenios, por ejemplo cuando envío a sus discípulos sin nada material a recorrer el mundo. Su voto de célibe y de pobreza; sus conocimientos y poder para curar y sanar, su promesa de justicia y de resurrección. Con Jesús de Nazaret, Dios era amor y razón.
Ahora, ¿qué sucedió con Jesús de Nazaret el Domingo de Ramos? Él entró a Jerusalén entre vítores y sinceras alabanzas de parte del pueblo, no había sido vista una manifestación de júbilo de esta importancia; Saduceos, Fariseos y Zelotes tienen sus propios planes contra Cristo. En menos de cuatro días es aprehendido y llevado a la Cruz; ¿Cómo pudo ser esto? Bien, los Zelotes debieron esperar que éste se uniera a ellos y los encabezara en una revolución, pero Jesús que era objetivo, vio que esa posibilidad era en ese momento un imposible metafísico, no tenían la gente, ni la armas para hacerla, la historia le dio la razón cuando en los años ( 66-70 D.C) los zelotes animaron la revuelta contra el Imperio Romano, para inmolarse en la heroica defensa de Masada cuando fueron exterminados-, volviendo a la respuesta de la pregunta, al ver los zelotes que Judas Iscariote, uno de los apóstoles que era Zelote, no pudo convencerlo de iniciar la revolución, bastó eso para que la maquinaria en su contra, arrancara y fue vendido a los Saduceos y Fariseos, los cuales ya odiaban a Jesús quien los cuestionaba públicamente denunciando su corrupción y amangualamiento, por debajo de cuerda con los Romanos; luego se conjuran instigadores y otros para que soltasen a Barrabas, un líder Zelote; imagínense la comparación a la vista del pueblo por una parte este Barrabás, un líder rebelde que luchaba por la expulsión de los Romanos y por no pagarles ningún tributo y a Jesús un hombre que cuando lo definieron públicamente para saber de qué bando estaba; los fariseos y herodianos queriendo sorprenderlo le preguntaron sobre la licitud de pagar o no tributo al emperador romano; la pregunta fue planteada para ponerlo en evidencia como un rebelde. Jesús se enfrenta así a dos posibilidades: por un lado, declararse en contra del impuesto ante los partidarios de Herodes, figurando como agitador político y contradictor de la soberanía romana, y por otro lado, aceptar delante de los fariseos el pago de dicho tributo que implicaría reconocer el sometimiento al imperio y perder credibilidad como profeta. Jesús reconoce la hipocresía oculta de quienes lo interrogan, por eso, más allá de dar una respuesta satisfactoria o poco comprometedora, apela a algo más serio y profundo: la relación Dios-hombre, Iglesia-mundo, fe y política diciendo ‘Dad a César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios’ enfrentando todo el poder político de los suyos y extranjeros. La escogencia por la libertad de Barrabas y la sentencia eran obvias: Jesús fue condenado a muerte acusado de ser un sedicioso contra el gobierno Romano, en Judea bajo el mando de Poncio Pilatos procurador del Emperador Tiberio.
El fin ya lo sabemos, pero debemos considerar el papel de estas facciones religiosas y políticas que actuando en contra y a favor de Jesús, como el caso de los Esenios y Zelotes nos revelan que en la lucha por el poder somos capaces de vender a Dios por unas cuentas monedas, y seguimos así entre “políticos”, farsantes, charlatanes , asesinos, genocidas, creadores de falsos positivos ‘sátrapas‘ pues son gobernantes déspotas, dictadores degenerados, abusadores del poder, violadores de los derechos humanos, protagonistas de las crueles dictaduras latinoamericanas que, han frenado nuestro desarrollo económico, cultural y político, como un continente, lleno de recursos y saqueado desde 1.492, al anteponer al bienestar general, el suyo personal y el de los “clanes familiares” corruptos que representan.
El mundo político aun hoy, por lo que vemos, no está listo para el tipo de ideas, de amor, de igualdad, fraternidad, solidaridad, justicia, piedad, compromiso que divulgó Jesús de Nazaret, para hacer realidad el Reino de Dios, aquí en la tierra en la que, todo ser humano tenga una vida digna, el rato que permanece aquí corporalmente, antes de volver a ser espíritu.
La lectura del libro Gesú E gli Zeloti, me hizo llegar a la conclusión de que, quien ignora a Dios es ateo, quien cree en Dios es religioso y quien conoce a Dios es espiritual ¿cuál será tu postura hermano o hermana?
