3 octubre, 2024

DE UNA SOCIEDAD LÍQUIDA, DE VUELTA A LA ILÍQUIDA

Por. Diobaldo Heredia Gutiérrez.

La discusión sobre si la historia ha tenido un desarrollo lineal o circular, no es nueva y la idea de modernidad,conexa y debatida por Zygmunt Bauman y Carlo Bordoni en “Estado de Crisis”, nos ayuda a comprender el contexto social que vivimos. He prestado algunas ideas pertinentes sobre el tema expuestas por el ilustre escritor Umberto Eco, en “De la Estupidez a la Locura”, para una reflexión irónica sobre el poder,sus adicciones, sus influencias y sus instrumentos en el desarrollo de la sociedad.

La corriente de pensadores llamados posmodernistas, que creían poder aplicar al mundo un modelo de orden; reinterpretando el pasado, se fue a la historia sin darnos cuenta, como prólogo de una etapa del desarrollo social, todavía sin nombre. Este presente, todavía naciente, antes de la crisis provocada por elcoronavirus iniciada a finales del 2019, nos ha mostrado la crisis de los estados nacionales frente al poder que se desplaza mediante acuerdos en los entes multilaterales, léase, OCDE, ONU, OEA, OTAN, FMI, OMC, OMS,etc, verdaderos organizadores del poder político y económico de nuestra aldea global, que quitan libertad a los individuos para resolver sus problemascomunales y sentirse parte de los valores que interpretan sus necesidades y dando paso a la percepción por parte de los ciudadanos de una crisis de las ideologías y por ende de los partidos.

Crisis del concepto comunal, que da paso a un individualismo desenfrenado, en el que ya nadie es compañero de camino de nadie, sino antagonista del que hay que cuidarse, esta percepción ha minado las bases de la modernidad volviéndola frágil y dando lugar a una situación donde todo se disuelve en una especie de liquidez, donde todo depende de circunstancias, modos, formas, estratos y roscas ordenados desde las sombras. Se pierde la certeza del derecho, la magistratura se percibe como enemiga y el individuo aparece defendiendo el discurso de sus intereses, así no sea legítimo, pero en nombre de la legitimidad; aparece entonces, la crisis de las ideologías y de los partidos, al individuo frustrado no le interesan valores, el día de la fiesta “democrática o de su disfraz”, de elecciones, aparece el taxi con un cabecilla o capo comprando votos para las dignidades a elegir, nadie se escandaliza, el dignatario elegido junto con sus capos, se hacen dueños de la comunidad y la sociedad se va precarizando. ¿Cómo sustituimos esta licuación?, hay que trabajar en ello, desaparecida la fe en una salvación que provenga de las alturas, del Estado o de la revolución, este es, el interregno del movimiento de indignación que saben lo que no quieren, pero no saben lo que quieren.

Convivir pensando en el otro, es el slogan que nos vende nuestro presidente en su papel de moderador de un programa de televisión que nadie sensato quiere ver, donde defiende con estadísticas y encuestas compradas, su gestión, ejemplo que cunde y se extiende a todos los niveles de la administración del poder y mucha gente piensa con alto grado de razón que lo peor que puede enfrentar una sociedad es un incompetente, bobo, ignorante, estúpido o narciso con poder. Eso es lo que tenemos en casi toda América. Crisis de valores que nuestra sociedad precarizada no distingue a la hora de elegir en su vulnerabilidad, a unos buenos ciudadanos.

En la antigüedad vivimos un desarrollo social comunitario e ilíquido, lejos de la obsolescencia programada de lo que consumimos hoy, todos sabían lo que querían y lo cuidaban porque no había propiedad individual, pero surgió el dios riqueza, dueño del poder, hoy concentrado en la dirección de los organismos multilaterales que son los que nos dictan las políticas y estándares a cumplir. Volveremos a la iliquidez, pobreza absoluta, con un objetivo llamado supervivencia; vacuna contra los virus, la ciencia las encontrará, la esperanza es que su producción y distribución sea masiva y equitativa, entre países y estratos sociales. Eso no ocurrirá; ya los países ricos han comprado a futuro su producción. ¡A quién?, a sus mismas multinacionales de la salud. Pero, ¿vacuna contra la pobreza, el desempleo, la inequidad, la injusticia, la desigualdad y el hambre? ¿Quién nos salvará?, ¿un dios chapulín (colorado, verde, azul o negro) o un gobierno global (semidiós) como ya algunos proponen? El desplazamiento circular y lineala la vez de la historia, seguirá, cambiando de forma, pero con las mismas consecuencias ignominiosas que desnudó esta pandemia en la población más pobre del mundo, después vendrán los virus del espacio (cosmos), que por ahora se queman antes de penetrar la atmósfera terrestre y ahí no vale convivencia.

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