20 abril, 2024

LAS CIRCUNSTANCIAS NO NOS DAN LA RAZÓN.

Por. Federico Santodomingo.

Cuando se presentan, en apariencias, este fenómeno que estamos viviendo, surgen inmediatamente los análisis, en medio de tantas teorías que se ofrecen como paliativos a la crisis humanitaria en la salud, ahora si global.

Pero llegan los golpes certeros, en el caso de nuestro país, llenos de un cinismo aterrador. Mientras la gente, sale con caretas, nos recuerdan a los descalzonados de París, luchando por comida, en las aceras, los que compran las raciones, en sus contratos se nota el latrocinio.

Eso si se reparte plomo, a quienes claman justicia social. Para estos casos no hay pandemia sino como se dice en el lenguaje lumpen colombiano o mejicano “:Uy ,estamos coronando”. Es la función que cumplen los miles de Papá Goriot, en América latina.

En un prólogo, que leí sobre Oliver Twist, Julio Acerete afirma:” Lo bonito es el espectáculo de una sociedad capitalista, en la que todos sus miembros se mueven y remueven como en un pozo de serpientes, tratando de engañarse los unos a los otros.”

Surgen visiones de toda naturaleza. Por supuesto que primero son los aullidos simiescos a los dioses planetarios, las soluciones cósmicas. Después quienes acuden en poco tiempo a la mal llamada resiliencia de la naturaleza. Olvidando que sin desarrollo de los medios productivos, sin industrialización, no hay prolongación de la calidad de vida. Otra cosa es el desbordado citadinismo consumista. Y haber olvidado la inteligencia de la madre tierra con su teta de la agricultura.

Descubrimos, inocentemente, que el neoliberalismo es despiadado. Trump se alza erguido ante las filas de muertos, proclamando guerra a un país hermano. Odia el comunismo como dicen y sin embargo, se ha visto obligado a dar auxilios a los ciudadanos. Gate proclama el socialismo pero se enriquece como los chinos con la venta de aparatos electrónicos que en forma inteligente acabarán con miles de puestos para trabajar digitalmente, explotando con la invisible plusvalía, naciendo la libertad sin esclavos, dejando todo, en la escena del crimen laboral que llaman mercados. Francia, donde nace la ética burguesa del arribismo e Inglaterra con el pragmatismo que condujo al maquinismo y al egoísmo y la Roma sagrada, ni con las ostentosas oraciones de los prelados han logrado la cura de la pandemia.

Y un pueblo humilde, como los cubanos, hermanados con África, a los que siempre han detestado, llegaron a brindarles solidaridad científica.

Vamos a ver nuevas actitudes del hombre en la sociedad. Yo de mi parte no soy optimista, sino aparecen sujetos históricos que reencarnen los cambios proclamados para que no terminemos con los engaños de siempre. Esperando el humanismo. O como diría Brecht: “Todos queremos ser buenos pero las circunstancias no nos dan la razón.

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